Joan R Ferré
Querol
DISUÉLVANSE
(Breve cabreo de media tarde)
DISOLVER: Separar,
desunir lo que estaba unido de cualquier modo. Disolver el matrimonio, las Cortes. U. t. c. prnl. Disolverse una sociedad.
(2ª acepción del Diccionario
de la RAE, en su vigésima edición)
Añado yo, como sociedad a disolver, los partidos políticos por ejemplo, puesto que de ello quiero tratar hoy.
Seguro que han adivinado ya el
sentido de mi reflexión. No podemos más, señores POLÍTICOS. Estamos hasta el
cogollito de contemplar el lamentable espectáculo que cada día nos ofrecen con
su comedia de pacotilla.
El presidente Rajoy no sabe
nada de malversación ni de desvío de fondos. Cómo antes tampoco lo supieron ni
Felipe González, ni José Maria Aznar, ni
el presidente Zapatero. Ni siquiera se enteraron nuestros más cercanos
Zaplana, Olivas y Camps. A los sufridos contribuyentes, al final, nos da igual
si sabían o no sabían lo que pasaba en su casa. Si lo sabían y lo permitieron son
tan ladrones como el que mete la mano, y si no se daban cuenta, con la que les
caía, son más lelos que “el tonto los palotes”.
En cualquier caso, es un
peligro permitirles manejar la cantidad ingente de recursos económicos que la
legalidad fiscal pone en sus manos.
Los partidos políticos, asociaciones
de representación social que generaciones de ciudadanos del mundo occidental
suspiraban por formar, han acabado por representar una máquina de poder que
tritura las más nobles voluntades de participación social. En España sobre todo, dónde los chanchullos
que han sabido armar para dotarse de recursos económicos, les han desprestigiado de tal manera delante
de la ciudadanía que ya no representan ninguno de los valores con los que nacieron.
Disuelvan los partidos
políticos y disuélvanse ustedes, hágannos el favor, y dedíquense sus miembros a
cualquier oficio honrado que les permita mirar a los ojos a sus conciudadanos sin
haber de justificarse. ¿Tanta satisfacción
les aportan sus cargos que les compensa todo el desprecio que les
mostramos aquellos a quienes dicen servir?
No nos sirvan más, creánme.
Sírvanse ustedes mismos, si no les basta aún, y déjennos en paz.
Los políticos honrados,
aquellos que realmente se creyeron que esto iba de trabajar por la comunidad, que
sin duda los hay, váyanse a sus casas en paz y regresen con otro proyecto
transparente, que no les haga parecer lo que no son. Necesitamos de buenos gobernantes que aúnen
las aspiraciones de la comunidad.
Los otros políticos, los que
se han dedicado a lo que gente suponemos pero no nos dejan saber ni nos quieren
explicar, los chorizos, ladrones, aprovechados, mafiosos, pandilleros, todos
esos que se conocen como “políticos al servicio del aparato del partido” para
su perpetuación en el poder, que no son nadie sin el grupo que les encumbró y
que medraron a la sombra de personajillos más listos que inteligentes, tengan
vergüenza torera y devuelvan lo que se llevaron. Sus paisanos necesitan todo lo
que sustrajeron. Sus paisanos somos todos, gente hipotecada, en el paro, sin
seguro de enfermedad, comerciantes sin clientes, ciudadanos con menos escuelas
y hospitales, sin ayuda a la dependencia ni becas de comedor, sin posibilidad
de trabajar ni futuro por imaginar.
¿Se imaginan lo bien que
viviríamos en este país si nunca les hubiéramos conocido a ustedes?